Alguien la debe pagar

«Cada vez que no cuidamos el medio ambiente, alguien lo paga»
Ofreció ayer una conferencia en el Centro Cultural Ibercaja para explicar por qué es necesario mimar la naturaleza
ANA B. HERNÁNDEZ/LOGROÑO

Miguel Delibes de Castro, ayer, en Logroño. / MIGUEL HERREROS

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LA FICHA
El personaje: Miguel Delibes de Castro, es hijo del escritor vallisoletano, Miguel Delibes.

Su labor: Fue director de la Estación Biológica de Doñana, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y asesor español en la Conferencia de Río de Janeiro. Además es uno de los los mayores conocedores del lince ibérico.

El biólogo Miguel Delibes de Castro (Valladolid, 1947) ha trabajado en la Estación Biológica del Parque Nacional de Doñana, ha sido profesor en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, asesor de la delegación española en la Conferencia de Río de Janeiro, celebrada en 1992, y trabajó como redactor de la Enciclopedia Salvat de la Fauna, dirigida por Félix Rodríguez de la Fuente. Ha hecho de la divulgación científica una de sus tareas fundamentales y por eso ayer ofreció una conferencia en el Centro Cultural Ibercaja en la que se preguntaba ¿por qué debemos conservar la naturaleza?

-La respuesta a esta pregunta debería estar clara a estas alturas ¿no?

-Mi impresión es que en la sociedad española afortunadamente se está extendido un sentimiento de que se debe respetar la naturaleza, pero no el por qué. Pensamos que la naturaleza es un ente débil que, teniendo buen corazón, hay que proteger como si fuera un recién nacido o una persona indefensa. Esto es equivocado. Nosotros somos más indefensos y dependientes de la naturaleza que ella de nosotros. Si la conservamos es porque nos hace falta para vivir como lo hacemos. No es un capricho, ni una condescendencia. Se trata de que no la cambiemos tanto que ella nos obligue a cambiar a nosotros.

-Ya empezamos a padecer algunas de las consecuencias de nuestro mal comportamiento.

-Hay cambios globales en el clima, que van a hacer que las sequías y las inundaciones sean más catastróficas. No podemos evitar que se produzca un 'tsunami' porque choquen dos placas tectónicas, pero sí se podían haber salvado vidas si no se hubieran cortado bosques de manglares para construir hoteles.

-Así que es por nuestro bien.

-Cada vez que no conservamos el medio ambiente, alguien lo paga en algún sitio. Lo que pasa es que a veces este lugar o el momento en que se produce la consecuencia puede estar lejano. Si hay una avalancha en Filipinas es porque se cortaron los bosques que retenían el lodo en las montañas.

-¿En qué medida tendríamos que renunciar a comodidades para ser más respetuosos con el medio?

-Tendríamos que andar más y usar menos el coche, aislar más las casas y usar menos la calefacción y el aire acondicionado y también acostumbrarnos a separar las basuras. Son comodidades no imprescindibles.

-Estas pequeñas acciones contrastan con lo que pueden hacer las grandes administraciones.

-Los ciudadanos podemos cambiar a los que gobiernan. Podemos enterarnos de qué empresas contaminan menos y comprar sus productos, aunque sean algo más caros. Bush ganó las primeras elecciones por muy pocos votos. Sólo con que unos cientos de personas hubieran votado al demócrata Al Gore, que iba a firmar el protocolo de Kioto, tendríamos un escenario mundial diferente.

-¿Qué relación existe entre ecología y solidaridad con los países más pobres?

-Nuestra responsabilidad es ayudar a los que menos tienen. Si no lo hacemos, no les podremos pedir que no corten los árboles para vender la madera y poder comer. La solidaridad es una parte de la conservación de la naturaleza.