Buscar este blog

lunes, junio 26, 2006

Noticias de la ciencia

-BUSCAR NITROGENO PARA ENCONTRAR VIDA EXTRATERRESTRE: Los intentos
para localizar vida extraterrestre se han concentrado principalmente en
el agua porque éste es un elemento crucial para la vida. Sin embargo,
esa búsqueda tan centrada en el líquido elemento puede pasar por alto
pistas importantes.
 
 
  Ésta es la conclusión de un equipo de geobiólogos en la Universidad
del Sur de California (USC). Cuatro investigadores proponen buscar
nitrógeno orgánico como un indicador directo de la presencia de vida.
El nitrógeno es esencial en la química de las formas de vida.
 
  Kenneth Nealson, profesor de ciencias terrestres en la USC, recalca
que aún cuando la NASA encontrase agua en Marte, su presencia sólo
indicaría la posibilidad de vida. Es difícil imaginar la vida sin
agua, pero es fácil imaginar al agua sin la presencia de vida.
 
  El descubrimiento de nitrógeno en el planeta Rojo sería una historia
diferente. Si se encuentra nitrógeno en abundancia en Marte,
estaríamos ante un hallazgo impactante... porque no debería estar
allí. La razón tiene que ver con la diferencia entre el nitrógeno y
el carbono, el otro elemento orgánico indispensable.
 
  A diferencia del carbono, el nitrógeno no es un componente principal
en rocas y minerales. Esto significa que cualquier depósito sustancial
de nitrógeno orgánico encontrado en un terreno de Marte, o de otro
planeta, probablemente habría sido el resultado de la actividad
biológica.
 
  La composición de la atmósfera del planeta rojo es un factor que
reduce las esperanzas de quienes apuestan a favor de la vida marciana.
El abundante nitrógeno de la atmósfera de la Tierra está
constantemente siendo repuesto a través de la actividad biológica.
Sin la contribución continuada de los sistemas vivos, la atmósfera
perdería poco a poco su nitrógeno.
 
  El volumen de nitrógeno sumamente bajo en la atmósfera marciana
sugiere que la producción de nitrógeno biológico está cerca de
cero.
 
  Sin embargo, los autores piensan que es posible que la vida existiera
en Marte en algún momento hipotético, cuando el nitrógeno llenaba la
atmósfera.
 
  Douglas Capone, coautor de la investigación, y profesor de biología
medioambiental en la USC, está convencido de que la NASA debería
establecer un programa de búsqueda de nitrógeno, que se sumase a sus
esfuerzos actuales para detectar agua. Hace hincapié en la previsión
de que las próximas generaciones de naves espaciales poseerán
capacidades muy avanzadas para tomar muestras, algo que debería
facilitar la incorporación de la tarea con el nitrógeno. Lo que los
autores del estudio sugieren es, básicamente, que se taladre en los
estratos geológicos, trabajo que, de todos modos, deberá hacerse para
buscar el agua.
 
Información adicional en:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/020606a.html
 
 
 
  -LA DISMINUCION DEL FLUJO DEL PACIFICO TROPICAL ES CONSECUENCIA DEL
CAMBIO CLIMATICO: El inmenso lazo de vientos que regula el
comportamiento del clima y del océano en el Pacífico tropical se ha
debilitado en un 3,5 por ciento desde mediados del siglo XIX, y podría
debilitarse un 10 por ciento adicional hacia el año 2100. El cambio
climático inducido por los humanos aparece como única explicación
creíble para la disminución del flujo.
 
 
  Esto es lo que señala un estudio dirigido por el científico Gabriel
Vecchi, de la Corporación Universitaria de Estudios Atmosféricos
(UCAR).
 
  La Circulación de Walker, que cubre casi la mitad de la
circunferencia de la Tierra, empuja a los vientos alisios del Océano
Pacífico del este al oeste, genera lluvias copiosas cerca de Indonesia
y nutre la vida marina en el Pacífico Ecuatorial y frente a la costa
sudamericana. Los cambios en la circulación, que varía en tándem con
los eventos de El Niño y La Niña, pueden tener efectos de largo
alcance. La Circulación de Walker es fundamental para el clima global.
 
  En su estudio, los autores usaron observaciones, así como las más
sofisticadas simulaciones por ordenador del clima, para verificar la
ralentización y determinar si la causa es el cambio climático
inducido por el hombre. El trabajo se realizó en el Laboratorio
Geofísico de Dinámica de los Fluidos (GFDL), de la NOAA, donde Vecchi
se encuentra trabajando gracias al programa de la UCAR de Científicos
Visitantes. Entre sus colegas en el estudio figuran Brian Soden (de la
Universidad de Miami) y Andrew Wittenberg, Isaac Held, Ants Leetmaa y
Matthew Harrison, del GFDL.
 
  La Circulación de Walker toma la forma de un lazo, levantando el aire
en el Pacífico tropical occidental, y bajándolo en el Pacífico
tropical oriental, con vientos del oeste al este a varios kilómetros
de altura, y los vientos alisios circulando por la superficie de este a
oeste. Los vientos alisios también impulsan las corrientes del
océano. Cualquier disminución de los vientos produce una reducción
aún mayor en el flujo del océano forzado por éstos, del orden de
aproximadamente el doble del porcentaje, tanto para los cambios
observados como para los extrapolados.
 
  Esto podría tener efectos importantes en los ecosistemas marinos. Las
  corrientes oceánicas impulsadas por los vientos alisios proporcionan
nutrientes vitales para los ecosistemas cercanos a la superficie marina
en el Pacífico ecuatorial, que es una región importante para la
pesca.
 
  Basándose en las observaciones realizadas desde mediados del siglo
XIX, el estudio muestra una disminución de flujo del 3,5 por ciento en
la Circulación de Walker, que se corresponde con lo predicho por la
teoría. Para establecer si el cambio climático es inducido por la
actividad humana, en su trabajo Vecchi y sus colegas analizaron 11
simulaciones que usan la última versión del modelo climático del
GFDL, y que abarcaron el período que va desde 1861 a 2000.
 
  Algunas de las simulaciones incluyeron el aumento observado en los
gases de efecto invernadero, otras sólo los factores naturales de
alteración del clima como las erupciones volcánicas y las variaciones
solares. Sólo las simulaciones que comprendieron un aumento de los
gases de efecto invernadero, mostraron la circulación de Walker
retardada y lo hicieron en una proporción consistente con las
observaciones realizadas.
 
  Los autores concluyen que para el 2100 la Circulación de Walker puede
haber disminuido su flujo en un 10 por ciento adicional. Esto significa
que el flujo oceánico producido por los vientos alisios podría
disminuir en cerca del 20 por ciento.
 
Información adicional en:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/020606b.html
 
 
 
  -ESTUDIAR CANALES SUBMARINOS AYUDA A OBTENER PETROLEO EXTRA: Es usual
que las compañías petroleras obtengan sólo entre el 30 y el 40 por
ciento del crudo en un yacimiento dado. Ya que un yacimiento puede
contener miles de millones de barriles en total, incrementar la
eficiencia de extracción, aún en un pequeño porcentaje,
significaría una cantidad substancialmente mayor de crudo. El trabajo
realizado en un laboratorio podría ahora ayudar a las compañías
petroleras a obtener millones de barriles adicionales del fondo
oceánico.
 
 
  Con esa finalidad, David Mohrig, profesor de ciencias planetarias,
terrestres y atmosféricas en el MIT, y Carlos Pirmez, geólogo de
Shell Internacional Exploration and Production Inc., han examinado un
tipo de formación geológica de interés para la industria: canales
rellenos de depósitos sedimentarios con alta permeabilidad y porosidad
que se extienden muy por debajo del suelo oceánico.
 
  Estas estructuras se forman cuando las corrientes cargadas de
sedimentos fluyen de la plataforma continental hacia el talud, dentro
de canales en el fondo oceánico, dejando arena, limos y arcilla en su
camino. Durante miles o incluso millones de años, los canales se
rellenan de arenisca porosa cubierta por un lodo impermeable, la trampa
perfecta para atrapar hidrocarburos que ascienden.
 
  Durante los últimos 20 años, las compañías del sector energético
han obtenido cantidades significativas de petróleo de estos canales
sepultados. Pero podrían extraer aún más si entendieran la
estructura interna de los canales.
 
  Con un mejor conocimiento de la permeabilidad y la porosidad dentro
del canal, las compañías podrían determinar con mayor exactitud la
cantidad de petróleo presente, dónde está ubicado y cuán deprisa
puede extraerse.
 
  Los investigadores han recreado la formación de canales submarinos en
el Laboratorio de Morfodinámica de David Mohrig, empleando una
estructura cuadrada de arena de 5 metros.
 
  Los experimentos han producido resultados inesperados. En un mapa, los
sinuosos canales submarinos se asemejan a serpenteantes ríos de la
superficie. Sin embargo, presentan comportamientos que son marcadamente
diferentes y que, para los humanos, habituados a vivir en la
superficie, aparentan desafiar nuestra lógica.
 
  Este comportamiento exótico se debe a la diferencia de densidad. El
agua en un río es alrededor de un millar de veces más densa que el
fluido en el que se mueve (aire). Como resultado, un flujo tiende a
permanecer confinado en su cauce, rara vez saliéndose de éste. Por el
contrario, la corriente que discurre en un canal submarino puede ser
sólo un 10 por ciento más densa que el agua salada que la rodea.
Así, la corriente puede salirse de su cauce con más frecuencia que en
un río.
 
  Esta diferencia explica muchos hallazgos inesperados. Por ejemplo,
algunas veces la base de la corriente alcanza a rozar los bordes del
canal y después cae al cauce de nuevo. Y en las curvas, la corriente
puede seguir derecha, dejando sus sedimentos fuera del canal, una
consecuencia ésta última que tiene importantes implicaciones para las
compañías petroleras a la hora de planificar perforaciones.
 
Información adicional en:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/020606c.html



 Posted by Picasa



 Posted by Picasa



 Posted by Picasa


 Posted by Picasa


 Posted by Picasa


 Posted by Picasa


 Posted by Picasa