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domingo, noviembre 26, 2006

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Guerita chulita a que horas sales al pan?

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que hola sabeeeeee?

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hooola

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chiquitas mijas ¡mamacitas!

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lunes, noviembre 20, 2006

noticias de la ciencia

EL POLVO PUEDE DISMINUIR LA FURIA DE LOS HURACANES: Después de que
más de una docena de huracanes batieran el Océano Atlántico en 2005,
los científicos se preguntan si algo podría estar produciendo
tormentas más fuertes y frecuentes. Una nueva teoría se suma ahora a
las que vienen siendo barajadas.
 
 
  Como causa de ese pico inusual de violencia ciclónica, algunos han
apuntado a las crecientes temperaturas marítimas, provocadas por el
calentamiento global. Otros creen que la curva ascendente es parte
simplemente de un ciclo natural en el que los huracanes cobran mayor
fuerza durante una década o dos, antes de debilitar nuevamente su
actividad.
 
  Ahora, unos investigadores han propuesto una intrigante teoría que
introduce toda una nueva dimensión en el debate.
 
  Estos científicos han desvelado una conexión sorprendente entre la
frecuencia de los huracanes del Atlántico y las espesas nubes de polvo
que periódicamente se levantan del Desierto del Sahara y viajan mar
adentro desde de las costas occidentales de África.
 
  El autor principal, Amato Evan, investigador del Instituto Cooperativo
de Estudios Meteorológicos por Satélite, de la Universidad de
Wisconsin-Madison, estudió más de 25 años de datos reunidos por
satélites, desde 1981 a 2006, y notó la correlación. Halló que
durante los períodos de intensa actividad ciclónica, el polvo era
relativamente escaso en la atmósfera. Por otro lado, en los años en
que se levantaban tormentas de polvo más fuertes, menos huracanes
barrían el Atlántico.
 
  "Estos resultados son importantes porque muestran que los cambios a
largo plazo en los huracanes pueden relacionarse con muchos factores
diferentes", destaca Jonathan Foley, director del Centro para la
Sostenibilidad y el Medio Ambiente Global, de la citada universidad, y
coautor del trabajo. "Muchos estudios se han concentrado en las
relaciones de los huracanes con el calentamiento oceánico, en tanto
que esta investigación agrega un elemento nuevo al enigma".
 
  Si los científicos demuestran concluyentemente que el polvo ayuda a
mitigar los huracanes, los responsables de los pronósticos del tiempo
podrían algún día empezar a rastrear el polvo atmosférico y tomarlo
en cuenta por primera vez en sus predicciones.
 
  Los científicos dedican cada vez más atención al impacto
medioambiental del polvo, después de haberse constatado que, en
algunos años, muchos millones de toneladas de arena se levantan del
Desierto de Sahara y cruzan flotando el Océano Atlántico, a veces en
tan sólo cinco días.
 
  Los autores del nuevo estudio sostienen que las capas de aire
polvoriento probablemente ayudan a reducir la actividad de los
huracanes en formación, ya que éstos necesitan calor y humedad para
alimentarse. Ese efecto podría también significar que esas tormentas
de polvo poseen el potencial para cambiar la dirección de un huracán.
 
  Si bien el trabajo de la Universidad de Wisconsin-Madison no confirma
que ese polvo influya directamente en los huracanes, sí proporciona
una importante evidencia de que ambos fenómenos están relacionados de
alguna manera. "No sabemos si el polvo afecta directamente a los
huracanes, o si ambos (el polvo y los huracanes) responden a los mismos
cambios atmosféricos globales del Atlántico tropical".
 
  Jason Dunion de la División de Investigaciones de los Huracanes en la
NOAA, también contribuyó al estudio.
 
Información adicional en:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/171106a.html
 
 
 
  -ENSAMBLAJE MAS RAPIDO DE NANOPARTICULAS: La velocidad de ensamblaje
de nanopartículas puede acelerarse con la ayuda de la molécula que
lleva las instrucciones genéticas de la vida, el ADN, según ha
comprobado recientemente un equipo de investigadores.
 
 
  Las nanopartículas, que tienen dimensiones del orden de las
milmillonésimas de metro, podrían usarse para una generación más
eficaz de energía, el almacenamiento de datos, y para mejorar los
métodos de diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Aprender a
controlar y diseñar el ensamblaje de estas minúsculas partículas en
sistemas funcionales más grandes, constituye un importante desafío
para los científicos. Los resultados logrados ahora por los
investigadores del Laboratorio Nacional de Brookhaven son un paso en
esa dirección.
 
  "El comprender cómo se autoensamblan estos tipos de nanomateriales
tiene aplicaciones en todas las áreas de la nanotecnología, desde la
óptica y la electrónica, hasta los materiales magnéticos", señala
el químico Mathew Maye, uno de los investigadores principales.
 
  Los participantes en el proyecto encontraron una manera de controlar
el ensamblaje de nanopartículas de oro usando la doble hélice rígida
del ADN. Su técnica aprovecha la tendencia natural de esta molécula a
emparejar los componentes conocidos como bases, denominadas con las
letras A, T, G y C.
 
  "En la biología, el ADN es básicamente un material informativo,
mientras que en la nanociencia, el ADN es un excelente material
estructural por su habilidad natural de autoensamblarse según reglas
programables bien especificadas", explica el físico Oleg Gang, uno de
los investigadores principales. "Empleando materiales biológicos como
el ADN, estamos desarrollando métodos para controlar el ensamblaje de
nanoobjetos inorgánicos. Sin embargo, para convertir realmente este
enfoque atractivo en herramientas prácticas para la nanotecnología,
tenemos que entender la complejidad de las interacciones en tales
sistemas híbridos".
 
  El ADN sintético usado en el laboratorio se adhiere a nanopartículas
individuales de oro y es adaptado para reconocer y unirse al ADN
complementario localizado en otras partículas. Este proceso produce
racimos o conglomerados de partículas de oro.
 
  "Utilizando las propiedades del ADN, podemos aumentar la cinética del
ensamblaje, o acelerarlo, por medios relativamente simples, sin muchos
pasos sintéticos", subraya Maye.
 
  El equipo de investigación sondeó con múltiples técnicas de imagen
los nanosistemas sintetizados y ensamblados, constatando la validez del
proceso.
 
Información adicional en:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/171106b.html
 
 
 
  -LAS ANTIGUAS AVES RAPACES CAZABAN HUMANOS: Un nuevo estudio sugiere
que ciertas aves rapaces prehistóricas se alimentaron de algunos de
nuestros más primitivos antepasados humanos.
 
 
  Los investigadores, dirigidos por W. Scott McGraw, profesor de
antropología en la Universidad Estatal de Ohio, han llegado a esta
conclusión después de estudiar más de 600 huesos de monos modernos.
Han recolectado los huesos que suele haber debajo de los nidos de
águilas coronadas africanas en la selva del Parque Nacional de Tai, en
Costa de Marfil.
 
  Las perforaciones y arañazos en muchos de los cráneos de monos han
llevado a algunos investigadores a reconsiderar la lista de animales
capaces de cazar a nuestros antepasados humanos.
 
  Los resultados del presente estudio también pueden tener
implicaciones importantes para el misterio que rodea la muerte de un
antepasado humano que vivió hace aproximadamente 2,5 millones de
años.
 
  Unos arqueólogos descubrieron el cráneo de un niño simiesco de unos
tres años y medio de edad en una cueva en África del Sur en 1924. Los
investigadores creyeron que este niño, llamado el Niño de Taung
(Australopithecus africanus), había sido muerto por un felino
depredador. Pero McGraw ha señalado que las marcas de perforación en
los cráneos de monos que él examinó detenidamente se parecen a las
encontradas en el cráneo del Niño de Taung.
 
  Las águilas dejan perforaciones muy distintivas del pico y garras en
la cara y en las cuencas de los ojos. Y el cráneo del Niño de Taung
tiene estos mismos tipos de marcas de perforación.
 
  La mejor manera de aprender sobre las presas cazadas por un águila es
recoger los restos que están dentro o cerca del nido de la rapaz.
 
  En el transcurso de tres años, los investigadores reunieron unos
1.200 huesos de animales tirados en los emplazamientos de 16 nidos de
águila coronada africana. Poco más de la mitad de los huesos (669)
pertenecieron a primates. El resto de los huesos eran de otros animales
cazados por las águilas.
 
  Los arqueólogos piensan que el Niño de Taung pesaba alrededor de 12
kilogramos. Los científicos creen que una rapaz de aproximadamente el
mismo tamaño que un águila coronada africana moderna pudo haber
matado al joven homínido.
 
  Muchas personas pensaban que un águila de este tamaño no tendría
bastante fuerza para levantar un primate del tamaño del Niño de
Taung. Pero el que pueda o no izar su presa es irrelevante, porque las
águilas no cazan y procesan sus presas de esa manera. Suelen
desmembrar muy rápidamente a su presa, y entonces regresan con pedazos
del cadáver al nido.
 
  McGraw llevó a cabo el estudio con Catherine Cooke (Universidad
Estatal de Ohio), y Susanne Schultz (Universidad de Liverpool).