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domingo, octubre 22, 2006

Seis pasos para aprender a leer rapido

Seis pasos para aprender rápido temas difíciles
Posted by David Siñuela (Siu) on Miércoles, 31 de Mayo de 2006. May 31
Ahora que estamos en exámenes vienen bien unos cuantos consejos sobre cómo aprender asignaturas difíciles en poco tiempo. Como en exámenes haces de todo menos de lo que toca, he traducido el artículo Six steps for learning difficult subjects quickly que se puede encontrar en la web Paul’s Tips (tiene algunos artículos muy buenos). Espero que os sea de ayuda :D
Seis pasos para aprender rápido temas difíciles
Aquí os muestro una estrategia que me parece útil para aprender temas difíciles y pesados. En varias ocasiones he seguido estos pasos para aprender sobre economía, investigar, escribir y aprender lenguajes de programación. Algunas personas se han sorprendido por la velocidad a la que puedo aprender este tipo de habilidades, pero pienso que cualquiera puede hacerlo con una planificación adecuada. Por supuesto, también lo puedes utilizar para aprender por tu cuenta cosas interesantes, pero mucha gente no tiene problemas para aprender cosas divertidas.
Vale, aquí están los pasos…
Paso 1: Bombardeate con información
Mucha gente intenta digerir temas complejos de manera lenta y metódica. Subrayan cosas, y releen párrafos diez veces e intentan comprenderlos. Esta técnica puede funcionar en ocasiones, pero mucha gente se desanima y lo deja antes de acabar. Nuestros cerebros odian esta manera de aprender.
En vez de eso, intenta leer todo el material de la manera más rápida posible. No te preocupes si no lo comprendes todo, sólo sigue leyendo. Oblígate hasta acabar el maldito libro de texto, y no te preocupes sobre cuánto aprendes.
Evita de momento los ejercicios o tests y simplemente continua avanzando.
Hay personas que pueden leer un libro de texto en un par de sentadas, pero yo no. Me gusta tratar con partes de 10-20 páginas, entonces lo dejo y hago cualquier otra cosa durante un rato para dejar a mi cerebro descansar. Si haces esto tres o cuatro veces durante el día, puedes acabar un libro de 600 páginas en aproximadamente dos semanas.
Sólo me detengo para ir hacia atrás cuando hay algún concepto que se repite mucho y no sé qué significa. Entonces me permito leer uno o dos párrafos clave sobre el tema, pero no más. El resto del tiempo me reto a mi mismo para acabar con el libro lo más rápidamente posible.
Paso 2: Identifica los conceptos clave y hazlos tuyos
Una vez has finalizado con el texto, piensa sobre cuáles eran los conceptos clave. No te concentres en los detalles en este paso, sólo identifica aproximadamente las 10 ideas que componen las bases del tema. Míralas de nuevo, e intenta definirlas de la manera más simple que puedas. Es importante definirlas con tus propias palabras, con un ejemplo, en vez de aprenderlas de memoria.
Por ejemplo, el diario The Economist define el concepto de coste de oportunidad como: “El coste real de algo es lo que dejas por conseguirlo. Esto no sólo incluye el dinero utilizado en comprarlo (o hacerlo), también los beneficios económicos que no conseguiste por haber comprado (o hecho) ese algo particular y, por lo tanto, no puedes comprar (o hacer) otra cosa.
Así que puedes decirte a ti mismo: “El coste de oportunidad significa no ser capaz de gastar tus recursos en algo porque ya los has usado en otra cosa. Puedo emplear la noche del sábado en hacer deber, lo que supone el coste de oportunidad de que no puedo usar ese tiempo en ver películas.”
Paso 3: Sólo memoriza lo que es absolutamente necesario
Muchos hechos y figuras pueden pasarse por alto. No llenes tu mente con trivialidades que puedes encontrar con un simple click de ratón. En vez de concentrarte en los datos, concéntrate en las ideas del tema.
No obstante, en cualquier materia, hay algunas cosas que es necesario memorizar. Limita la lista de estas lo máximo posible, de manera que sólo estes recordando lo que sea absolutamente y definitivamente necesario.
Hay muchas clases de trucos para memorizar cosas, pero el que yo encuentro más útil es muy simple. Simplemente repito diez veces en voz alta lo que tengo que recordar. Entonces, espero hasta más tarde e intento recordarlo. Si no puedo, lo vuelvo a mirar y lo repito en voz alta otra vez. Entonces espero un rato más y lo intento recordar de nuevo, y repito el proceso todas las veces que sean necesarias. Normalmente, puedes grabar un hech.o en tu cerebro rápidamente de esta manera.
Paso 4: Obtén algo de retroalimentación sobre tus conocimientos
Ahora que has llenado tu cabeza con cosas es momento de obtener algo de retroalimentación sobre cuánto has entendido. Una buen método es haciendo algún tipo de exámen de prueba. Puedes encontrar exámenes de prueba de muchos temas en internet, o puedes intentar hacer algunos de los ejercicios del libro de texto.
De nuevo, divide esta tarea en trozos si es necesario, haciendo unos cuantos tests distintos durante unos cuantos días.
Probablemente, cuando te evalúes, te des cuenta de que lo estás haciendo muy mal. Al fin y al cabo, leíste el libro lo más rápido posible. Pero si miras las preguntas que hiciste mal te asombraras de la velocidad con la que comienzas a entender material detallado.
Lo que estas intentando es contruir una base sobre el tema que te ocupa y, entonces, indagar en los detalles. Probablemente esto sea muy confuso al principio, pero normalmente lo verás más claro cuando le enseñes a tu cerebro como se relacionan los conceptos.
Lo importante aquí no es llegar a la respuesta correcta, sino mirar en qué te has equivocado y aprenderlo. Haz esto lo más rápido posible. Intenta no leer capítulos enteros a no ser que sientas que es absolutamente necesario.
Paso 5: Bombardeate con más información de otras fuentes
Ahora es el momento de obtener información de otras fuentes. Habitualmente escuchar algo dicho de manera distinta me ayuda a comprenderlo mejor. También hace más flexible mi comprensión.
No estoy sugiriendo leer otro libro de texto completo. Lee unos cuantos artículos cortos en revistas o páginas web.
Paso 6: Obtén retroalimentación real
Es la hora de obtener un poco de retroalimentación del mundo real. Si has aprendido un idioma, intenta hablar con una persona nativa en ese idioma. Si te has enseñado anatomía, intenta mantener una charla sobre el tema con un doctor.
El mejor conocimiento del mundo real que puedes obtener es cuando intentas usar tus conocimientos para conseguir reconocimiento y fortuna (a pequeña escala, por supuesto). En otras palabras, lánzate al vacio. Únete a un grupo de discusión sobre el tema e intenta argumentar algo a alguno de los participantes. O intenta obtener un trabajo pagado usando tus nuevos conocimientos.
Bueno, ahí estan, mis seis pasos para aprender una asignatura o tema difícil rápidamente. Por supuesto, el tiempo que necesites depende de cuánto trabajo le dediques, pero este es el método más eficiente que he encontrado en términos de conocimiento adquirido en relación con el tiempo y el esfuerzo necesarios. Usando este método, puedo llegar a tener un amplio conocimiento sobre cualquier tema en uno o dos meses.
Espero que te funcione bien.
Nota: Este artículo es una traducción de Six steps for learning difficult subjects quickly
Hay personas a las que les cuesta menos recordar las cosas por el sonido (a estas se les llama auditivas) y personas a las que les cuesta menos recordar imágenes (a estas se les llama visuales). Parece que el autor es más auditivo por esa razón para memorizar algo lo que hace es decirlo en voz alta. A mí me funciona mejor escribirlo… me suelo hacer algún tipo de resumen o esquema de las partes que quiero memorizar.

domingo, octubre 08, 2006

Por eso deben ser microempresarios lean porfa

Por: Juan María Naveja
Domingo 8 de Octubre de 2006 | Hora de publicación: 00:54  

  
  
Hace muy poco tiempo, levantaron una tempestad los libros de texto para la materia de Ciencias en Primaria, grupos de diversas procedencias se mostraron inconformes porque sus conciencias les impedían darse cuenta que el mundo es más grande que su pequeño entorno, al tiempo, esos mismos grupos y padres de familia permanecen inmóviles ante problemas reales de la educación, para no ir más lejos con lo que sucede con la oferta en el nivel superior, poco o nada hacen para frenar el abuso que sufren millones de jóvenes, quienes ciclo tras ciclo condenan su futuro al inscribirse en carreras saturadas, con nula oportunidad de desempeño, que en cuanto se encuentren en el mercado de trabajo comenzarán el calvario del desempleo o la frustración por no poder aplicar los conocimientos aprendidos de acuerdo con su especialización.
Cuando se habla de la educación de nuestros jóvenes todo es importante, pero ¿no sería más urgente poner un freno a las universidades “patito” y hasta las cotizadas que siguen produciendo abogados, contadores, administradores, comunicadores, psicólogos y muchos profesionistas más para una sociedad saturada?
Está claro que la educación se encuentra entre las asignaturas pendientes del país con mayor grado de urgencia, hay cambios que se tomarán tiempo por falta de recursos, por las estructuras sindicales y otras causas, pero hay acciones que con un poco de responsabilidad y voluntad tendrían un cambio radical. Por ejemplo ¿qué sucedería si por algún tiempo se cerraran las escuelas donde existe una sobreproducción? Nada, todos serían beneficios, empezando porque se diversificaría la oferta para los jóvenes, se respondería a las necesidades reales del mercado, con lo cual los universitarios tendrían mejores posibilidades.
En contrapartida, ¿qué sucedería si se le brinda más apoyo a los tecnológicos e institutos regionales que sí responden a necesidades reales del mercado y ofrecen muchas más oportunidades a los nuevos profesionistas?
Esta situación es tan seria que impacta tanto a las carreras tradicionales como a las recientes, un botón de muestra: se asegura que de la licenciatura en Comercio Internacional han egresado unos 50 mil estudiantes en los doce años que tiene de creada, se estima que en este momento el país tiene plazas para ocupar a unos cuatro mil, así las cosas, de acuerdo con estas estimaciones hay unos 46 mil jóvenes que no están en trabajos vinculados con su especialidad.
Ni hablar de lo que sucede con las carreras tradicionales que a pesar de ofrecer muy escasas vacantes siguen ocupando los primeros lugares de la demanda estudiantil.
La mayoría de las universidades públicas siguen concentradas en las especialidades de toda la vida y las privadas en resolver sus necesidades cuando no en garantizar el negocio de sus dueños, porque vaya que ha resultado un lucrativo negocio abrir universidades “patito”.
Ya son muchos años de insistir en la necesidad de diversificar la oferta en la educación superior, en revisar a fondo las necesidades que existen en el país para dar respuesta a lo que realmente necesitamos y alcanzar lo más importante: que los jóvenes encuentren los caminos adecuados para su futuro.
Lamentablemente, no existe una entidad que realmente regule la oferta, que ponga los límites e imponga disciplina a las instituciones, incluso a las muy prestigiadas que han dado por otorgar reconocimiento de estudios a diestra y siniestra, porque también ha resultado un jugoso negocio para sus directivos.
¿Cuántas veces usted va caminando por alguna calle y descubre que en un edificio que apenas serviría de vivienda está alojada una universidad y no sólo eso, en las afueras se pueden leer tremendos letreros con las carreras que ofrecen “avaladas” por la universidad pública de la entidad o por la Secretaría de Educación federal o estatal? Lo increíble es que por ese inmueble ya pasó toda clase de inspectores que dieron el visto bueno para que ahí se brinden clases al nivel universitario, son las “escuelitas” que eso sí, cobran miles de pesos al cuatrimestre o semestre a los alumnos que no tuvieron los conocimientos para ingresar a las universidades públicas o los recursos para inscribirse en las de prestigio.
La víctima siempre es el joven que llega inerme a la educación superior, ignorante de la realidad en el campo de trabajo donde lo esperan las puertas cerradas, se sigue trazando el futuro a partir de que no le gustan las matemáticas y por eso se va a las humanísticas que se supone le representan menos trabajo.
No, no se trata de un asunto menor, es uno de los problemas más serios que tiene México porque pocas cosas son más urgentes que garantizarle el futuro a los jóvenes, que brindarles más oportunidades para que cumplan sus metas, sueños y aspiraciones.