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sábado, septiembre 02, 2006

Noticias de la ciencia

ArqueologíaSiguen de Cerca el Rastro a los Barcos Hundidos de Colón1 de Septiembre de 2006.
Unos arqueólogos se muestran confiados sobre las pistas que poseen, y creen estar cerca de descubrir algunas de las naves perdidas de Cristóbal Colón, y la respuesta a un misterio de hace 500 años: ¿Qué se transportaba en esas naves?Al inicio de este verano, Charles Beeker (director de los programas de buceo académico y ciencias submarinas en la Universidad de Indiana) y Geoffrey Conrad (director del Museo Mathers de Culturas del Mundo, en la misma universidad), llevaron un equipo de profesores y estudiantes graduados a la República Dominicana para explorar una serie de intrigantes lecturas de magnetómetro que los investigadores de la universidad habían descubierto hace 10 años.Las lecturas hacen pensar en objetos grandes enterrados bajo cieno y barro, dentro de colonias de coral. Esas mediciones también indican que los objetos están esparcidos, de modo similar al aspecto que presenta un naufragio, o varios para este caso, en un área de 75 metros cuadrados.La Bahía Isabela fue el emplazamiento del primer asentamiento permanente español establecido por Colón, y los Taino fueron la primera gente indígena que interactuó con los europeos. Beeker señala que mucha de la historia de este período está basada en la especulación, algo que él y Conrad están intentando cambiar.Sus equipos de investigación son multinacionales y multidisciplinarios, aprovechando recursos como el Equipo Anglo-Danés Arqueológico Marítimo (ADMAT), una organización educativa no lucrativa, y el Laboratorio de Antropología Genética del Departamento de Antropología de la Universidad de Indiana.Entre sus últimos esfuerzos, recuperaron un anclote de más de cien kilos que podría ser de la época de Colón.El equipo de Beeker y Conrad usó una draga para excavar hasta llegar a la más prominente anomalía señalada por el magnetómetro. La bomba, que actuó como una aspiradora, pudo excavar un agujero de dos metros y medio a través de la capa de cieno y barro, con las lecturas del magnetómetro tornándose más fuertes a medida que la excavación llegaba a mayor profundidad. Sin embargo al equipo se le terminó el tiempo, y tuvieron que posponer la búsqueda por unas semanas. Se sienten optimistas sobre su labor. Cuando vuelvan, tienen planeado determinar cuál es el naufragio que han descubierto, pues ya dan por hecho que allí reposan los restos de alguno.Varias naves se hundieron en la Bahía Isabela durante un huracán en 1495. Los investigadores estiman que ocho o nueve barcos se perdieron en la bahía, incluyendo pequeñas carabelas, y uno o dos navíos de almacenaje más grandes. Se cree que una de las grandes naves perdidas es la María Galante, el buque insignia de Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo.
Geofísica PlanetariaLas Tormentas de Arena en Marte Pueden Producir Nieve de Peróxido1 de Septiembre de 2006.
Según dos nuevos estudios, las tormentas de polvo que periódicamente cubren todo el planeta Marte bajo un manto rojo, pueden estar generando nieve de compuestos químicos corrosivos, incluyendo peróxido de hidrógeno, lo que resultaría tóxico para la vida.Basándose en estudios de campo realizados en la Tierra, experimentos de laboratorio, y modelos teóricos, unos investigadores defienden que se podrían producir productos químicos oxidantes debido a la electricidad estática generada en las violentas nubes de polvo que a menudo oscurecen la superficie de Marte durante meses. Si estos compuestos se han producido regularmente durante los últimos 3.000 millones años, periodo en el que Marte presumiblemente ha sido seco y polvoriento, el peróxido acumulado en la superficie podría haber alcanzado niveles que habrían matado la vida tal y como la conocemos.El físico Gregory T. Delory, principal autor de uno de los estudios y trabajando en la Universidad de California en Berkeley, nos dice que la última palabra sobre si hay vida en Marte todavía está allá afuera, aunque señala que el planeta tiene condiciones químicamente muy reactivas en el suelo. Es posible incluso que pueda haber efectos corrosivos a largo plazo que impactarían sobre futuras expediciones tripuladas y equipamientos, debido a los oxidantes en el suelo y el polvo marcianos.La intensa exposición ultravioleta, las temperaturas bajas, la falta de agua y los oxidantes en el suelo, harían difícil la vida para cualquier microbio que tratase de sobrevivir en Marte.El estudio, realizado por Delory y sus colegas, demuestra que los campos eléctricos generados en tormentas y en pequeños tornados podrían descomponer el dióxido de carbono y las moléculas de agua, permitiendo que se recombinasen como peróxido de hidrógeno o superóxidos más complejos. Todos estos oxidantes reaccionan rápidamente y destruyen a otras moléculas, incluyendo las orgánicas asociadas a la vida.Un segundo estudio, en el que también participó Delory, demuestra que estos oxidantes pueden formarse y alcanzar tales concentraciones dañinas cerca del suelo, durante una tormenta en la que los compuestos se condensarían en la nieve descendente, contaminando las primeras capas del suelo. Según el principal autor, Sushil K. Atreya, del Departamento de Ciencias Atmosféricas, Oceánicas, y Espaciales en la Universidad de Michigan, los superoxidantes no sólo podrían destruir material orgánico en Marte, sino además acelerar la pérdida de metano de la atmósfera.Los demás coautores de los dos estudios son de la NASA, la Universidad de Michigan, la Universidad Duke; la de Alaska en Fairbanks, la de Washington en Seattle, la de Bristol en el Reino Unido, el Instituto SETI y el Instituto de Investigación del Sudoeste.
GenéticaDescodificado el ADN de un Hongo Que Estimula el Crecimiento Vegetal1 de Septiembre de 2006.
La secuencia del genoma de este útil hongo proporcionará a la comunidad científica un recurso crítico para desarrollar árboles de crecimiento más rápido, destinados a la producción de mayor cantidad de biomasa convertible en combustible, y también para conseguir árboles capaces de capturar más carbono de la atmósfera.La secuencia del ADN de la Laccaria bicolor, un hongo que forma una simbiosis benéfica con los árboles y habita uno de los nichos microbianos más importantes ecológica y comercialmente de los bosques de Norteamérica y Eurasia, ha sido determinada por el JGI (Joint Genome Institute).La secuencia completa del genoma de la Laccaria ha sido anunciada en Granada, España, por un consorcio internacional compuesto por el JGI, el Laboratorio Nacional de Oak Ridge (ORNL), el Instituto Nacional para la Investigación Agrícola (INRA) en Francia, la Universidad de Alabama en Huntsville, la Universidad de Gante en Bélgica, y grupos adicionales en Alemania, Suecia y Francia.Los tejidos leñosos de los árboles actúan como uno de los sumideros más importantes del mundo para el CO2, haciendo de los árboles un importante estabilizador de carbono en el medio terrestre. El continuo ascenso de las concentraciones de CO2 atmosférico global sugiere que se nos avecinan serios problemas ambientales. Esta situación podría ser atenuada ajustando y controlando activamente las complejas relaciones entre los árboles y los hongos.Algunos factores claves subyacentes en la habilidad de los árboles para generar grandes cantidades de biomasa o para almacenar carbono residen en la forma en la que interactúan con los microbios del suelo conocidos como hongos micorrícicos, los cuales se distinguen por su magnífica habilidad para obtener nutrientes tales como fosfato y nitrógeno que son necesarios pero escasos. Cuando las Laccaria bicolor se asocian con las raíces de los vegetales, se crea una raíz micorrícica, resultando de ello una relación mutualista que beneficia significativamente a ambos organismos. Por su parte, el hongo, en el interior de la raíz, está protegido de la competencia con otros microbios del suelo y obtiene acceso preferencial a los carbohidratos que se encuentran dentro de la planta.Dichas micorrizas son críticas para los ecosistemas terrestres, ya que aproximadamente el 85 por ciento de todas las especies de plantas, incluyendo a los árboles, son dependientes de tales interacciones para desarrollarse. Las micorrizas mejoran significativamente la asimilación de carbono fotosintético por los vegetales y se estima que fijan más fosfato y nitrógeno que los fertilizantes químicos que producen todas las industrias del mundo.El estudio y control de dichas relaciones ofrece un inmenso potencial para las industrias de la agricultura, la silvicultura y la horticultura, así como también implicaciones de largo alcance para las políticas sobre la gestión de tierras y el impacto del cambio climático global en las plantas.
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